El 4 de septiembre de 2022, tuvo lugar un histórico plebiscito en Chile, por el cual se convocaba a las urnas a todxs lxs ciudadanxs chilenxs de manera obligatoria para aprobar o rechazar el texto constitucional redactado por la Convención Constitucional. Era una cita clave para la revuelta chilena, iniciada en octubre de 2019 con masivas manifestaciones que sacudieron el país entero. El texto, con un contenido marcadamente feminista, ecologista y plurinacional, fue sin embargo rechazado aquel día por una amplia mayoría de votos (62 %, con las cifras de participación más altas de la historia electoral chilena).
La campaña por el rechazo supo apuntalarse en la defensa de la propiedad, de la familia y de la nación. En el balance de resultados, muchas voces desde la izquierda echaron la culpa al supuesto “particularismo” de los feminismos, los ecologismos, el plurinacionalismo, esto es, precisamente de aquellxs que habían puesto inteligencia, energía y arrojo de manera sostenida desde otoño de 2019 para abrir la posibilidad misma de un proceso constituyente.
Desde Madrid, quisimos dar un abrazo al feminismo chileno, que fuera al mismo tiempo un gesto de gratitud y arrope en tiempos adversos, un modo de hacer circular su lectura y sus aprendizajes del proceso constituyente aún abierto y una ocasión para pensar en los retos compartidos a partir de las resonancias entre el contexto chileno y el del Estado español. El abrazo se materializó en un tour con Alondra Carrillo, vocera de la Coordinadora 8M de Santiago de Chile e integrante electa de la Convención Constitucional que había estado encargada de escribir la nueva constitución.
Así pues, bajo el título Ríos buscando su cauce, organizamos una actividad pública en diálogo con la huelga feminista en España, un paseo por Vallekas y otro por Lavapiés, en conversación con los tejidos organizativos de ambos barrios y varias entrevistas en profundidad con medios de comunicación.
En colaboración con Cecilia Barriga, grabamos además este diálogo entre Alondra Carrillo y Montserrat Galcerán, concejala del Ayuntamiento de Madrid entre 2014 y 2019, como parte del movimiento municipalista integrado en la candidatura de Ahora Madrid, y autora del libro de reciente publicación: “Activistas en Cibeles. Apuntes para futuros municipalistas”.
Persistencias. Un diálogo entre Alondra Carrillo y Montserrat Galcerán sobre el proceso constituyente chileno y la apuesta municipalista en Madrid.
Realización y edición: Cecilia Barriga
Guión y producción: La Laboratoria
Entrepatios, Madrid, diciembre de 2022
“Desde mi punto de vista”, le dice Alondra a Montserrat al hilo del rechazo al texto constitucional nacido de la revuelta, “la autocrítica es un trabajo colectivo. No es simplemente de pronto asumir todas las culpas de un desenlace diciendo ‘fuimos un error’, que es lo que nos dicen desde algunos partidos políticos. ‘El gran error de este proceso fueron ustedes: los movimientos sociales, los independientes…’. Esa crítica está acompañada de una política del castigo que ha sido muy feroz. Es muy necesario sacarle la vuelta a eso, porque el trabajo de balance, de examinar cuáles fueron nuestras decisiones, en qué momento esas decisiones nos desorientaron, o no fueron suficientes, o en qué momento lo que estábamos haciendo no era lo que deberíamos haber estado haciendo, es algo que necesitamos pensar.
Nosotras hemos decidido iniciar ese proceso de reflexión y balance en la coordinadora de movimientos feministas 8m, en la coordinadora de movimientos sociales también. Junto a nuestras compañeras hemos insistido mucho en que es necesario pensar qué se rechazó en nuestro país cuando el 4 de septiembre ganó el rechazo. ¿Qué está puesto ahí? […] qué de eso está puesto en la dificultad de procesar con un horizonte antineoliberal las urgencias materiales que atraviesa nuestra población hoy día, qué de eso tiene relación con la necesidad de ampliar la presencia territorial y de base de los movimientos sociales más dinámicos del último tiempo, incluido ahí el movimiento feminista, y qué de eso se va a jugar en revisar el proyecto constitucional, en tomar la orientación programática del texto constituyente, tomar todos los avances que están ahí contenidos, pero también darle la vuelta a aquello que no está, que faltó, sin renunciar a las afirmaciones políticas profundas que están contenidas ahí, de un horizonte plurinacional, de un horizonte feminista, de un horizonte de socialización de la riqueza, de los trabajos, de los cuidados, de un horizonte que afirma el placer, entre otras cosas que están contenidas en ese proyecto y de las cuales no vamos a retroceder.
A mí me gusta pensar el rol del feminismo, en tanto que fuerza social transformadora y de oposición a todos los sectores que pretenden administrar la precarización de nuestra vida, como un fuego que persiste cuando hay un ventarrón muy fuerte. Una pequeña llamita que vamos a tener que saber resguardar del viento tan fuerte que está corriendo ahora, pero que es ese deseo colectivo que hemos encendido y al que no podemos renunciar, porque nos ha permitido poner nuestras vidas en el centro de la política y que de eso se trate la discusión política, que de eso se trate las ganas de salir a la calle, que de eso se trate el ejercicio de escribir una norma jurídica constitucional, que es una cuestión que nunca nos hubiéramos imaginado que íbamos a estar haciendo en colectivo tantas miles de personas, tomando la pluma juntas.
Probablemente haya otro proceso constituyente ahora y en este momento en Chile están acordando cuál va a ser el último ladrillo del tabique con el que van a intentar dejarnos afuera para repartirse entre ellos la cuota de poder de esto que nosotras hemos hecho posible, porque una revuelta popular es la única razón por la que se va a escribir una nueva constitución y esta vez quieren que sea sin nosotros. Así que puede que haya otro texto constitucional que no sea ese que escribimos juntas, que soñamos juntas, pero afortunadamente no se trata solo de eso. Afortunadamente no se juega todo ahí, hay mucho más en lo que se juega la posibilidad de que haya algo así como un futuro para nosotras”.
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