Los territorios domésticos, los territorios indígenas, campesinos y comunitarios y los territorios del trabajo precario, popular, migrante y callejero han quedado normalmente fuera de lo que se entiende por “trabajo”, y por lo tanto de lo sindical, subordinados e invisibilizados por el trabajo asalariado masculino blanco. Queremos insistir en la interpelación feminista “¿cuál es tu huelga?”, que ha permitido romper las fronteras entre producción y reproducción, y pensar nuevas relaciones entre sindicalismo y comunidad.